sábado, 14 de febrero de 2015

Quiero morir en Campeche: Hernán Lara Zavala


Hernán Lara Zavala (centro) se autodefine como un escritor 'enfermo de anglofilia' (Novedades de Campeche)
América García/Eduardo Vargas
San Francisco de Campeche, Campeche

Rojo, el sol en su piel…
Gris, el tiempo en sus cabellos…
Negro, el mar en sus ojos…
Las campanas de catedral, en sus oídos…
… Y Justo Sierra –en el libro “Una escritura tocada por la gracia”-, entre sus manos…
Se trata de un escritor “peninsular” –como él mismo se autocalifica: Hernán Lara Zavala, de raíz chenera y a quien Campeche no deja de sorprenderlo a pesar de sus constantes viajes…
Al final de una ponencia sobre el chenero Justo Sierra, otro libro asalta el baúl de sus recuerdos y exclama, sorprendido ¡Charras! y se inclina en la mesa para escribir la dedicatoria en una página de un ejemplar del libro que durante casi 20 años fue su única novela… “Prefiero publicar poco a arrepentirme mucho”.
Sentado en un espacio de Casa Seis, expresa que el lugar lo remonta a tiempos pasados que no vivimos, que hacen reflexionar sobre cómo era la vida en otras épocas…
Y es que cuando Hernán viene a Campeche se transforma, “tanto como para algún momento poder refugiarme aquí para llegar a la recta final con paz y tranquilidad”, para envejecer con dignidad, sin las presiones a las que somete una ciudad.
Su amor por esta tierra y su mar es tal que siempre pide hospedarse en el 4º piso del hotel Baluartes, “porque desde ahí, con la vista al mar, me parece que estoy en un barco… ya no se aprecia la tierra”.

-¿Se considera más campechano que yucateco?
-Pierdo mis orígenes en Hopelchén… mis bisabuelos, mis tatarabuelos, todos son de ahí. A veces me preguntan que si soy español y yo respondo, ‘soy peninsular, pero no de la Península Ibérica, sino la de Yucatán’…

Mi mamá nació en Mérida y por eso me siento de los dos lados, y yo pediría que también ya se quiten esos atavismos Yucatán y Campeche, sin divisiones de territorio… que muy inteligentemente hizo Benito Juárez por la pugna que existía entre las dos ciudades que siempre estaban peleando el poder; lo hizo muy bien porque se acabaron las separaciones del resto de la República.

-Le apasiona escribir sobre Campeche...
-Escribí sobre la Guerra de Castas, sobre “Charras” -sobre los movimientos sindicalistas independientes- me faltaría definitivamente algo relacionado con la Revolución Mexicana en la Península de Yucatán y eso es parte de una tarea que les debo -como dicen los chavos- ‘una materia pendiente’.

En el caso de la Guerra de Castas; mi padre siempre me dijo ‘hay muchas cosas interesantes, que tú tienes en cierto modo obligación –como escritor- de tratar de recuperar, no porque fueran penosas, trágicas, sino porque son dignas de que un novelista las aborde’.

-Durante muchos años “Charras” fue su única novela, ¿No es poco una novela para un escritor?
-Realmente sí, aunque inicié como cuentista. Hasta hoy tengo dos novelas… los libros de ensayo que para mí son muy importantes y mis crónicas de viaje… prefiero publicar poco que arrepentirme mucho… voy publicando y, cuando menos en intención, siempre trato de ser mejor… Tengo siempre la oportunidad, en mis cuentos, de salirme siempre hacia otros territorios; viene por cierto una nueva edición de De Zitilchén, primer libro que tenía un poco la estructura de novela porque (los textos) se interrelacionaban. La primera edición eran 9 cuentos, la segunda, 14 y ahora vienen unos 21.

-¿Tiene “Charras” algún significado especial?
-Sí porque en “Charras” se mezclan varias cosas: primero, mi origen peninsular, por qué soy como soy, quiénes eran los míos, etc., Otra parte es tratar de reivindicar a ciertas figuras del libro.

-¿Qué trabajos prepara Hernán Lara en estos momentos?
-En julio publicaré un libro de cuentos que se llama el Guante Negro. Como ya dejé mis actividades administrativas en la UNAM, tengo plena libertad de trabajar en lo que a mí me gusta. Escribí una obrita de teatro relacionada con la Península y me gustaría que se estrenarla en este año en la conmemoración del Centenario y Bicentenario, aunque no está estrictamente relacionado con eso.

-Sabemos que se inspiró en Inglaterra para preparar una nueva obra…
-Sí, en “Guante Negro” vienen tres novelas cortas que tienen que ver con Inglaterra, son ficciones, pero el escenario es Inglaterra, los personajes son ingleses y lo que hago es jugar con la ambientación. No es estrictamente una novela sino cuentos que están relacionados a través de tres temas fundamentales: arte, religión y erotismo… 

La imaginación atrae ciertos temas, ciertas obsesiones y yo estudié letras inglesas y padezco una enfermedad muy grave que se llama ‘anglofilia’, que quiere decir amor a los ingleses (ríe), pero no como personas sino sus producciones literarias, ellos han dado más a las letras del mundo que ningún otro país sin ningún bache… y también me gustan las ciudades.

Hernán ha contestado todas las preguntas y ahora accede a tomarse fotos con algunos lectores, al tiempo que apura su copa de vino; ese último trago será, probablemente, el inicio de una velada más en esta cálida tierra que no es sino el muelle del barco (el hotel Baluartes), en cuyo 4º piso -su “camarote”- la vista al mar le dará la certeza de que el tiempo lo traerá de vuelta, aunque eso implique que su piel vuelva a quedar roja por el sol, que el tiempo pinte más su cabello de gris y que el negro mar en sus ojos sea lo último que el escritor vea…

(El texto original fue publicado en el periódico Novedades de Campeche en 2010)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario